CUENTO: LOS HABITANTES DE LOS BOSQUES

Los habitantes de los bosques 

  Hace mucho, mucho tiempo vivían en los bosques unos seres a los que les gustaba mucho la paz y la tranquilidad.

 Pero a una especie no; les llamaban los troles ruidosos. A  estos seres no les gustaba nada el silencio y hacían más ruido que los petardos.

 Pero un día los demás habitantes se enfadaron:

- ¡No queremos que hagáis más ruido! - dijeron los gnomos.

- Si, nos molesta mucho - indicaron las hadas. 

Pero los troles ruidosos no les hacían caso y siguieron haciéndolo. 

El hada reina que era la que gobernaba allí expuso: ¡basta ya!, si seguís haciendo ruido os echaremos del bosque. Los troles muy asustados de que les pudieran echar dejaron de hacerlo. Pero es que los troles no podían vivir sin ruido, lo necesitaban. Un día que ya no aguantaban más en silencio decidieron marcharse sin que nadie se diese cuenta. Cuando los demás habitantes del bosque se dieron cuenta de que los troles ruidosos se habían ido hicieron una fiesta, porque ya no habría más ruido. Los troles muy tristes porque les gustaba mucho ese bosque, no sabían a donde ir, anduvieron durante mucho tiempo; pasaron por desiertos, por lagos, por ríos, por mares, por praderas…hasta que un día se encontraron con una montaña muy alta. Notaron que ahí arriba algo se movía.  

Los troles con mucha curiosidad decidieron ver qué pasaba, subieron y subieron, pero no llegaban arriba, de repente un duende se les apareció y les dijo: si a esta montaña queréis subir este acertijo debéis descubrir. Muy sorprendidos le dijeron que querían hacer el acertijo.

 El duende les dijo: oro parece plata no es quien no lo adivine bien tonto es. Los troles pensaron y pensaron y al final dijeron: ¡ya lo sabemos! es el plátano. El duende muy contento de que lo hubiesen adivinado les dijo: muy bien podéis subir a la montaña. De repente se encontraron arriba. Allí había un poblado de troles ruidosos, estaban muy contentos de haber encontrado su sitio.
Mientras tanto en el bosque los estaban empezando a echar de menos porque sin ellos solo había silencio. Un día un elfo decidió ir a buscarlos. Pasó por desiertos, por lagos, por ríos, por mares, por praderas…hasta que llegó otra vez a la montaña. Allí se encontró al duende y le dijo: si a esta montaña quieres subir este acertijo debes descubrir. Vale, dijo el elfo: blanca por dentro verde por fuera si no lo adivinas espera.

El elfo después de pensarlo mucho dijo: ya lo sé ¡es pera! Muy bien dijo el duende, sube. Allí se encontró a los troles y les suplicó que volvieses porque todos los echábamos de menos. 

Los troles un poco confundidos lo aceptaron pero con una condición: que los demás habitantes de esta montaña también se pueda venir con nosotros. El elfo aceptó la propuesta y así todos volvieron al bosque y fueron felices para siempre.

Cuento inventado por CRISTINA, LAURA Y ZOE